lunes, septiembre 18, 2006

BUENOS AIRES, LIBROS: SIDE O EL REGRESO DE LA INVESTIGACION. Por Javier Rombouts.


BUENOS AIRES, Setiembre 18, (PUNTO CERO) A poco más de un mes de salir a la venta, el libro “Side, La Argentina secreta”, del periodista Gerardo Young ya va por la segunda edición. Un dato para nada menor en un mercado editorial depreciado como el nuestro. Es que este libro no sólo es interesante por tocar uno de los temas más álgidos para el inconciente colectivo nacional, sino porque está muy bien escrito y maneja información vedada, al menos para el común de los lectores. Side tiene algunos puntos destacables y otros en contra. Pero el dato más importante tal vez sea que el libro de Young no habla en potencial. Y eso se agradece.
En un libro sobre un tema complejo, que nombres como Patricio Pfinnen, Alejandro Brousson, Aníbal Gordon, Horacio Germán García, Eduardo Ruffo y Fernando Pocino, entre otros, no sean tratados a la ligera es una buena señal. Lo mismo que la historia detallada de Horacio Antonio Stiuso, alias Aldo Stiles o Jaime o Jaimito, el agente denunciado por Gustavo Beliz –con foto incluida- en la ya famosa emisión del domingo 25 de julio de 2004 del programa de Mariano Grondona.Y este quizás sea el punto menos feliz del trabajo: la omnipresencia de Stiuso en todo el libro.
Es que, si bien su figura supone el retrato de casi los últimos cuarenta años de la Side, sus funciones dentro del organismo no siempre fueron determinantes. Y en varios pasajes parece forzada por el autor la necesidad de seguir manteniendo el primer plano en este hombre que, durante un tiempo importante de estas cuatro décadas, sólo fue un personaje secundario. Del buen decir“Este libro es hijo de la duda. De la duda sobre los complots que recorren la historia reciente de los argentinos, sobre aquellas operaciones que parecen haber modificado el rumbo de las cosas. ¿Existieron realmente? ¿Pueden seguir ocurriendo?”, asevera primero y se pregunta después Young al comienzo del libro. Y Side cumple en dar una respuestas a estas preguntas. Al menos, la respuesta que el periodista encontró.
Algo que, si se quiere, también está deslizado en esa misma página de la introducción: “Salvo pocas excepciones, a ninguno de ellos (los agentes del Side) les compraría ni una postal”. Side está escrito con enorme criterio. Es que el libro se deja leer como una novela pero en todo momento se ocupa de demostrarnos que se trata de la realidad. Y la manera de lograrlo es demostrar que sus dichos son productos de una investigación periodística y no de una invención afiebrada.
Incluso cuando coloca diálogos, el periodista explica los motivos y las circunstancias que lo llevaron a conocer lo que se dijo en esa conversación. Este estilo, que se desarrolla parejo durante las 324 páginas del libro, se ve corroborado con citas a fuentes y un imperdible anexo fotográfico. Eso, no le impide a Young hacer un notable manejo del lenguaje. Más notable aún cuando es bastante común en los libros de investigación periodística, véase la mayor parte de los trabajos escritos por Horacio Vertbisky, que el texto –su calidad- quede relegado en función del tema investigado.

El blanco
Y entre datos, fechas y retratos de agentes de la Side, Young se da el lujo de comenzar el capítulo titulado “El amante de las mujeres” (Página 101) de un modo más cercano a una novela de Andrés Rivera que a la página de política de un diario. Dice: “De Jaime ya sabemos. Ya sabemos que tiene más poder que un ministro. Que no viste como los espías de las películas. Que su especialidad son las escuchas telefónicas. Que sabe colgarse de los techos, trepar paredes.
De Jaime ya sabemos que trabajó para los militares, para los peronistas, para los radicales. Y sabemos que también trabajó en contra de ellos.
¿Pero qué pasa cuando el blanco se convierte en jefe?
¿Qué pasa cuando el jefe sabe que fue blanco”.
Y también se toma el permiso necesario como para romper estructuras, como en el inicio del capítulo “El ocaso de Jaime” (Página 179): “Jaime es un genio. Jaime no tiene códigos.
Jaime sabe lo que hace. Jaime piensa a futuo. Está loco, Jaime.
Es un monje negro.
Que siempre obedece.
Que no es traidor.
Que sí es traidor.
Pero si te manda a matar.
O te filma con tu amante.
O te extorsiona.
O te salva la vida.
O todo al mismo tiempo.
Es un bolazo, Jaime.
Otro bolazo argentino”.

Todo es historia
Pero Side no es sólo un trabajo con buena investigación periodística, bien escrito y argumentado. También es un repaso por los temas más salientes de la historia cercana del país. La dictadura, los desaparecidos torturados en Automotores Orletti, los carapintadas, el copamiento de La Tablada, los atentados a la embajada de Israel y a la Amia, las coimas del Senado, los asesinatos de Santillán y Kosteki y, claro, la noche de Béliz en lo de Grondona.
Y en este repaso la historia tiene como dos niveles: el primero, los hechos: el segundo, los hechos de la Side. Young navega firme entre ambos, aunque no necesariamente elige una conclusión.
Y en esto, en la versión final que ofrece de esta historia, es donde hay algo que parece no cerrar. Al comienzo del libro el autor afirma: “Yo había visto a Jaime cara a cara una sola vez” (Página 18). Esta afirmación del comienzo, se va desdibujando a lo largo de los capítulos. No parece muy creíble que el periodista se haya reunido sólo una vez con Stiuso. De hecho, parece que en varias ocasiones, la información sólo pudo venir de su boca. O de la de su gente. Young, sin embargo, ofrece con su afirmación uno de los puntos más vulnerables del trabajo. Porque frente a esa duda, la gran usina conspirativa nacional se pone en marcha.
De todos modos, el libro –con o sin encuentros con Stiuso- genera un saber poco común. Un saber que dice: las brujas existen. Y están en varios barrios. Y estas son las direcciones. Y estos sus hechos más notables. Y estos sus verdaderos nombres. No es poco para un país donde siempre lo más destacado al hablar sobre estos temas era el pescado podrido o el silencio. (PUNTO CERO).

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