lunes, enero 15, 2007

Estrategia y handicap. Por Carlos Fara

BUENOS AIRES, Enero 15, (PUNTO CERO) "Es muy difícil hacer oposición cuando no se pueden imponer temas en la agenda de debate. La sensación mayoritaria es que existe un monólogo del gobierno, y no un diálogo con sus adversarios. El único que ha podido obligar al oficialismo a moverse un poco fue Blumberg con sus marchas porque: 1) es un referente para la opinión pública; 2) moviliza gente; y 3) ataca sobre un tema importante y en el que la administración presidencial hasta ahora tuvo menos éxito: la seguridad. Los opositores necesitarían poder repetir esa fórmula con varios ítems para mover el avispero.
Pero no se trata solo de una cuestión de estrategia. También existe un problema de handicap para enfrentarse a Néstor Kirchner. Recuérdense los adversarios principales de los ganadores en los últimos 18 años de democracia: Angeloz, Bordón, Massaccesi, Duhalde. Todos ellos reunían tres características: 1) tenían una extensa carrera política, habiendo ocupado varios cargos; 2) traían experiencia ejecutiva; y 3) eran absolutos reyes en sus distritos. Ni Macri, ni Lavagna, ni Carrió reúnen ninguna de esas tres condiciones, por lo tanto el grueso de la sociedad los ve demasiado lejos para una pelea electoral con algún atractivo. El único que cumple con las condiciones es Sobisch, pero no tiene una fuerza política nacional que lo avale, y aún no generó empatía con el electorado.
Argentina, aún con sus deformaciones, es un país federal, y eso significa que el control territorial pesa, semejante a lo que sucede en los EE.UU. Allá llegan con posibilidades gobernadores –Clinton, Reagan, Bush (h), o vicepresidentes –Bush (p), Nixon. Asimismo, al argentino promedio no le gustan mucho las aventuras con quienes no acrediten experiencia de gestión y habilidad política. Por eso es que resulta difícil imaginar que se impongan outsiders del estilo Fujimori, Chávez o Correa.
Analizado todo esto, se comprende mejor por qué el presidente quiso tener a todos los gobernadores de su lado, independientemente de su origen partidario: para que no existan opositores que se puedan proyectar con potencia en la sociedad.
Dado que el problema del handicap no lo podrán resolver los opositores en estos meses, su esperanza se deberá cifrar en acertar con la estrategia para obligar al gobierno a debatir, y en los eventuales traspiés que tenga el matrimonio presidencial”. (PUNTO CERO).

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