viernes, febrero 02, 2007

¿Sirve un frente opositor?. Por Carlos Fara

BUENOS AIRES, Febrero 02, (PUNTO CERO) "Mucho se habló en lo que va del verano de una confluencia opositora de cara a la próxima elección presidencial, sobre todo a partir de la convocatoria de Blumberg. Rápidamente esa idea se diluyó con el rechazo de Carrió y Lavagna. Sin embargo, sigue flotando en el ambiente el interrogante acerca de si les conviene ir juntos o separados. Por supuesto que cualquier análisis realizado cuando todavía faltan unos meses para inscribir fórmulas es muy provisorio. Pero veamos qué dice la opinión pública.
En nuestra medición de diciembre en la zona metropolitana de la Capital y el Gran Buenos Aires ubicamos al presidente con una intención de voto del 43 %, a Macri con el 10 %, Carrió con 6,8 % y Lavagna con el 4,9 %. En el caso que se presente Cristina, las variaciones son menores, habiendo una diferencia de 4 puntos entre el primer mandatario y la senadora. Es decir que este arco opositor de tres candidatos suma el 22 %.
Si el presidente de Boca no compitiese por la presidencia, la líder del ARI trepa al 11 % y el ex ministro de economía al 9 %. Su sumatoria da 20 puntos, encolumnando casi todo ese segmento no kirchnerista.
Si el que no se presentase fuese Lavagna, Macri se ubicaría con el 11,3 % y Carrió con el 10,6, conformando un empate, pero volviendo a sumar 22 puntos. En todos los casos el presidente mantiene su 43 / 44 %.
Presentados los escenarios de solo dos candidatos –simulando el ballottage- Kirchner ronda los 55/56 puntos, contra el 19 % si fuese Macri, 17 % en el caso de Carrió y 15 % si se encolumnaran detrás de Lavagna. O sea que, con un solo postulante, el voto opositor no se siente totalmente representado, no alcanzando ya los 22 puntos antes mencionados. Si la opción fuese Cristina, lo sustancial permanece invariable.
¿Qué opina la gente acerca de alianzas concretas? El 50 % rechaza una sociedad entre Macri y Lavagna, contra el 20 % que la aprueba (las cifras se mantienen iguales entre la medición de septiembre y la de diciembre). En mayo pasado, una coalición entre López Murphy y Carrió fue evaluada positivamente por el 18 %, contra el 64 % que la desestimó.
Por lo que se ve, el 22 % parece ser un techo bastante consistente para los principales opositores a lo largo del tiempo. Para explicarlo hay que tener en cuenta al menos dos factores:
1) Hay otros opositores. Aunque parezca mentira, y no figuren mucho en los medios, nada más, ni nada menos que el 15 % de los votantes se está encolumnando con otras figuras a saber: Patricia Walsh –ya definida como candidata a presidente por un sector de la izquierda- obtiene el 4.9 %, Menem consigue el 3.5 %, L. Murphy el 1.7 %, Castells el 1.4 %, y el 3.6 % va con otros postulantes (Sobisch, Castells, etc.).
2) Falta handicap. Es la primera vez en la cual el favorito no se enfrenta con alguien de pergaminos parecidos. Recuérdense los adversarios principales de los ganadores en los últimos 18 años de democracia: Angeloz, Bordón, Massaccesi, Duhalde. Todos ellos reunían tres características: 1) tenían una extensa carrera política, habiendo ocupado varios cargos; 2) traían experiencia ejecutiva; y 3) eran absolutos reyes en sus distritos. Ni Macri, ni Lavagna, ni Carrió reúnen esas tres condiciones al mismo tiempo, por lo tanto el grueso de la sociedad los ve demasiado lejos para una pelea electoral con algún atractivo.
Veamos ahora cómo fluyen los votos entre los candidatos opositores:
1) Si la elección es entre Kirchner, Carrió, Lavagna y Menem, los votos de Macri se dispersan, recibiendo un cuarto el ex ministro de economía;
2) Si la elección es entre Kirchner, Carrió, Macri y Menem, los votos de Lavagna también se dispersan, aunque van un poco más a Macri (36 %); en ambos escenarios los votos de la izquierda buscan otros cauces;
3) Si la elección es entre Kirchner y Macri, los votos de Lavagna van más con Macri, pero el 20 % se queda con el presidente, mientras que los de Carrió no se inclinan por ninguno de los dos, pero prefieren al santacruceño;
4) Si la elección es entre Kirchner y Carrió, la mayoría de los votos de Lavagna se van al ARI, pero más de la mitad de los macristas se corren al presidente;
5) Si la elección es entre Kirchner y Lavagna, los macristas prefieren al ex ministro, pero un 36 % se encolumna con el presidente, mientras que los de Carrió no querrían a ninguno de los dos, pero están más cerca del presidente.
En definitiva,
a) los votos de Carrió y Macri son absolutamente incompatibles entre sí;
b) los sufragios de Lavagna son mayormente no kirchneristas;
c) Macri está a dos aguas entre opositores a Kirchner y voto peronista, que en definitiva reconoce al santacruceño como una opción válida; y
d) Carrió no compatibiliza mayormente con ninguno de los otros 3, pero tiene un componente kirchnerista “por descarte”, dado su perfil progresista.
Visto el intercambio de votos que podría producirse, queda claro por qué es tan complejo armar una coalición opositora. Por más que tengan la voluntad política, es difícil juntar el agua con el aceite”. (PUNTO CERO).

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