martes, febrero 12, 2008

PERGAMINO. La falta de señalización en los pasos a nivel preocupa a todos los vecinos que deben circular por estos sectores.

PERGAMINO, Febrero 12, (PUNTO CERO) Las señales ferroviarias que se conocen, la clásica cruz de San Andrés, las barreras automáticas y el guardabarrera dejaron de cumplir las funciones específicas en nuestra ciudad, algo que puede ser comprobado con sólo esperar el tránsito de las formaciones.
Debido a los inconvenientes que se generan por su falta de utilización, LA OPINION estuvo recorriendo en estos últimos días cada uno de los pasos a nivel y realmente los vecinos se exponen a todos los riesgos del ferrocarril en esa zona de la provincia de Buenos Aires. Muchos son los sectores por los cuales los pergaminenses conectan a la ciudad aunque, en muchos casos, quizás nadie advierte el peligro que significa estar en el lugar justo cuando viene el tren, un momento realmente complejo que puede ser trágico si no se toman las medidas correspondientes.

En el casco urbano
Las vías que recorren las unidades del Nuevo Central Argentino representan en la actualidad un factor de riesgo con motivo de los problemas que existen en las barreras, elementos fundamentales para detener al tránsito vehicular que deberá permanecer inmóvil hasta tanto no se levanten éstas. Pero hay oportunidades en las cuales la gente, siempre apresurada y sin medir las consecuencias, no quiere perder esos minutos a tal punto que determinan obviarlas haciendo el recorrido difícil para continuar con su plan. En calles Nicolás Repetto y Sarmiento, dos zonas donde la circulación es constante, las barreras no bajan por una orden que los trabajadores deben acatar. “Nosotros a toda hora pasamos por cuestiones laborales pero reconozco que nunca miro si viene el tren, hemos perdido esa costumbre que antiguamente era una cuestión de vida o muerte”, explicó un automovilista que fue consultado por el Diario ayer en horas del mediodía. Después están los pasos a nivel del Belgrano Cargas pero en este caso el movimiento de formaciones es menor por estos lares aunque, en este sentido, hay que remarcar la inexistencia de las medidas de seguridad que se exigen.

Hechos sorprendentes
Desde hace un tiempo a esta parte se ha observado la tarea del personal del Nuevo Central Argentino en virtud de colocar sistemas de última tecnología en las vías ubicadas en avenida Almafuerte. El moderno equipamiento había sido una medida satisfactoria para los transeúntes de esta zona pero, con motivo de los actos vandálicos que se originan en la ciudad, las máquinas fueron dañadas en reiteradas ocasiones por gente que no tiene idea del riesgo que produce este tipo de barbaridades. Primeramente sustrajeron las barreras de aluminio y nunca se encontraron los elementos que tenían las identificaciones necesarias en el marco del proyecto que el Nuevo Central Argentino estaba concretando. Después de reponerlas con un material diferente que no tiene valor en el mercado, los dueños de los ajeno no tuvieron mejor idea que llevarse las baterías del sistema inteligente y con estas faltantes nuevamente dejaron de funcionar ya que neutralizaron las operaciones de las barreras. “Muchas veces criticamos a la empresa por la falta de respuestas pero acá se roban todo, además si no se lo pueden llevar directamente lo rompen, es increíble que sucedan estas cosas en Pergamino”, sostuvo una mujer que vive en las inmediaciones de Almafuerte y las vías. “Nos cansamos de llamar a los responsables del Nuevo Central Argentino y ahora entendemos que es imposible invertir para que dure nada; por culpa de un grupo de inadaptados tenemos que vivir con el peligro constantemente”, añadió la vecino con resignación.

En la periferia
La velocidad de la máquina que lleva los vagones es diferente cuando está en el casco urbano si se compara con el ritmo que tienen en los pasos a nivel de la periferia de Pergamino. Las vías cercanas a avenida Perón, las otras ubicadas en las inmediaciones de la planta de silos instalada sobre ruta nacional Nº 8 o bien el paso a nivel de la carretera Nº 32 tienen un peligro significativo porque en el caso de los automovilista tienen pocas posibilidades de observarlas por la falta de señales.

Enormes baches
Pero como si estos inconvenientes fueran pocos, cruzar un paso a nivel es una odisea debido al deplorable estado que tienen; los baches son una constante que parece no tener solución porque una vez reparados duran un tiempo escaso. “Hay calles que directamente es preferibles no utilizar; los pozos complican la circulación de los autos porque se dañan rápidamente”, aseguró una de las personas que fue consultada por este medio. “Muchas veces observamos que vienen a arreglar los baches pero a los pocos días están de nuevo y ni que hablar cuando llueve, toda la zona de las vías se inunda completamente”, subrayó un vecino que tiene su domicilio a pocos metros del paso a nivel en calle Paso. (PUNTO CERO).

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