domingo, febrero 24, 2008

QUILMES. Qué pasa con el salario de los funcionarios quilmeños. Por Raúl David Caballero

QUILMES, Febrero 24, (PUNTO CERO-Perspectiva Sur) En las últimas horas el escenario político local cobró temperatura al compás de varias situaciones que ocurrieron todas a la vez. Por un lado, con fecha 23 de enero pasado, el actual Intendente quilmeño firmó un decreto disponiendo un nuevo criterio de pago de salarios para los funcionarios públicos.
Por un lado, con fecha 23 de enero pasado, el actual Intendente quilmeño firmó un decreto disponiendo un nuevo criterio de pago de salarios para los funcionarios públicos.
- Al mismo tiempo, por alguna razón que no trascendió esta inocultable noticia, con todo su bagaje de combustible y pirotecnia quedó sin ser puesta en conocimiento público.
- El tercer elemento lo aportó el simple paso de los días y la nostalgia de colaboracionistas arrodillados por el anibalo-villordismo que pusieron lo mejor de sí para mostrar el costado más opinable de la noticia.
- El dato extra lo aportó el hecho que la crítica surgió del grupo que defendió escandalosas privatizaciones y dilapidó millones de dolares en cuestionables contrataciones desde el estado.
Resulta legítimo el debate público de las políticas que aplique el gobierno; por su parte, tanto funcionarios como vecinos debemos entrenarnos para convivir en la pluralidad de las ideas.
Aunque en realidad poco se dijo de los temas de fondo que sí afectan los intereses de los ciudadanos y que estuvieron en debate en las últimas horas.
Una cosa es la pelea política, la crítica política de un sector sobre otro, natural en un sistema democrático.En este sentido, cabe recordar que durante la jornada del viernes el Justicialismo Provincial desarrollo su Congreso Partidario y que la irrupción de Gutiérrez en el escenario político local supone un fuerte reacomodamiento en la relación de fuerzas del partido.
Otra cosa son los intereses de los vecinos afectados por las decisiones de un gobierno. Mucho más cuando la ciudad intenta reponerse de la «inolvidable experiencia» que llevó a la ciudadanía a volcarse por la búsqueda de un «nunca más».

Pero vayamos por parte.
La ciudad de Quilmes, administra un presupuesto anual que ronda los 250 millones de pesos. A ésta cifra hay que sumarle los fondos con destino fijo llegan desde Nación y Provincia.
Ahora, ¿Cuánto tiene que ganar el secretario de hacienda de la ciudad; o el de Obras Públicas, o el que enfrenta intereses empresarios en materia de Media Ambiente?; ¿Y el médico sanitarista que encabeza el área de Salud?, ¿Cuánto tiene que ganar el Secretario de Gobierno o el Asesor Letrado que defiende los intereses de la ciudad en Tribunales?

ESTE ES EL TEMA DE FONDO
Cuesta pensar que profesionales con experiencia o acaudalados vecinos llegados de la actividad privada, se integren al gabinete local por una remuneración de tres mil o cuatro mil pesos. Mucho más cuesta defender la honorabilidad de quienes con ese poco dinero, pasean sus autos cero kilómetro o eligen ostentar en público su nivel de vida.
Se podrá decir lo que se quiera, pero cuesta pensar que acaudalados vecinos como Edgardo Cutello o el hijo de familia bien como el caso de Javier Ferlice, o profesionales como Rizzi, Guglielmetto o Jarsun, hayan trabajado 14 horas por día, como repetían continuamente por un salario de ese tipo.
Este es un tema de fondo.
Lo que ocurría en realidad es que, además del salario en blanco, estos colaboracionistas del régimen filo nazi que quiso imponerse en el Distrito, seguramente recibían un sobre complementario para justificar tanto afán de sometimiento y obediencia.
Lo cierto es que resulta poco explicable que un «honorable» ciudadano como Cutello se haya mantenido en el cargo durante cuatro años, ganado sólo tres o cuatro mil pesos por mes. Como él, cada uno de sus ex compañeros represores y soportes técnicos de la noche más negra en la historia Institucional de la ciudad. La otra realidad es que para pagar los sobresueldos en negro, la gestión debió disponer de dinero también negro para cumplir con esos menesteres.
La sola enumeración de ésta posibilidad, muy posible, nos acerca al mundo de las coimas, los retornos, los aprietes y demás formas «no legales» de obtener recursos para financiar la política, como le llaman. Esto es el tema de fondo.
Llegada la nueva administración, el Intendente resolvió hacer público lo que estaba escondido.

Lo hizo tarde.
Dispuso que la ciudad le pague a un Secretario un salario de 8490 pesos. Que un subsecretario gane 7.030 pesos. Que un Director General gane 5600 y que un Director gane 4000.
Es decir, estamos ante una medida de gobierno opinable por dónde se la mire, pero también estamos ante salarios más creíbles, que ponen a resguardo la honorabilidad del Intendente y de su equipo.
Claro que este tipo de medidas, sensibles al paladar público hubieran merecido otro trato desde el punto de vista de la comunicación. Por alguna razón, difícil de descubrir, la actual administración quilmeña eligió no hacer público el contenido del decreto 130, que está fechado el 24 de enero de 2008. Hace un mes atrás.
La noticia tomó estado público desde el portal de un medio nacional y de ahí regó los programas de la mañana de las radios nacionales. El reproche apuntó a la supuesta desproporción del aumento dispuesto.

Quilmes no es un Distrito fácil. Nunca lo fue.
Mucho menos para personas recién llegadas a una función pública desde fuera de la ciudad. Todo se aprende.
Sin duda una de las cosas más complejas para un gobierno es atender a las crecientes demandas de comunicación e información de temas sustanciales de una sociedad que exige transparencia en el manejo de los negocios públicos y que a la vez se encuentra expuesta a diversos canales de información continuamente.
Vaya si será complejo el punto, que el villordismo lo resolvió persiguiendo, hostigando y trabajando abiertamente a favor del exterminio de todo medio de prensa que no pudo arrodillar. (PUNTO CERO-Perspectiva Sur).

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