martes, abril 22, 2008

MERCEDES. Soja: dos historias, dos finales

MERCEDES, Abril 22, (PUNTO CERO-El Nuevo Cronista) Lo que comenzó como una historia curiosa, terminó siendo un tema que hizo bajar al propio vice Ministro de Justicia de la Nación a dialogar con el juez federal Héctor Echave.
Obviamente, nadie sabe el tenor del diálogo, pero sí que no fue la única visita oficial que pasó por los juzgados federales para hablar sobre el tema: antes había concurrido una comitiva del Honorable Senado de la Nación.
Lo concreto es que existían dos plantaciones que se podrían calificar como irregulares en el partido: una en Agote y la otra en la ex colonia Capitán Sarmiento. A pesar de la similitud de ambos, el final fue totalmente distinto en cada caso. Y no se entiende bien porqué esa diferenciación.

El ex Mercado
En los terrenos expropiados por el estado nacional para la construcción del Mercado Nacional de Hacienda se sabe que –quien realizó la última siembra- sería un chacarero del lugar de apellido Piazza. Este hombre habría tomado la determinación de sembrar el terreno tras la realizar un contrato de arrendamiento con Luis Luna, otro vecino de la zona.
Luna tenía la tenencia precaria del predio otorgada, tras realizar el trámite de rigor ante un juzgado civil y comercial de Mercedes.
Con esos antecedentes legales Piazza invirtió una suma importante de dinero en la siembra del predio con intenciones claras de obtener un lucro del acuerdo.
Tras la aparición –en la edición del 17 de marzo- de la noticia en este semanario, la fiscalía realizó una investigación de oficio que terminó con la presencia de la Gendarmería Nacional en el predio. A raíz de ello, Luis Luna presentó ante al secretaría 3 del juzgado federal un interdicto para recobrar la posesión del predio, un remedio procesal que se utiliza para cuando una persona asegura ser legítimo tenedor de un inmueble y se le impide su uso, lo que técnicamente se conoce como una turbación. En el expediente, Luna presentó la tenencia precaria otorgada por la justicia y afirmó que –siendo intendente- el doctor Gioscio le habría dicho que podía trabajar el terreno. Claramente los dichos de Luna no pueden ser contrastados con nadie.
La presencia de gendarmería obedecía a que el fiscal había pedido como medida cautelar que no se permitiera levantar la soja, que esa tarea la realizare el juzgado y que su producto se depositara en algún lugar hasta tanto se resolviera la cuestión.
A todo esto, se presenta el Ministerio de Educación y –con la firma del propio Aníbal Fernández- se informa que se había celebrado un convenio con el INTA para que este organismo se encargue de levantar la cosecha.
Luego de idas, venidas y visitas varias, el miércoles pasado Luna presentó un escrito en el cual desistía de sus derechos sobre el predio y –por ende- de levantar la cosecha de soja. La cosecha la levantaría el estado nacional.

La ex Colonia
Como se recordará, en la edición del 24 de marzo, se informó que no solamente estaba sembrado el predio de Agote, sino que en los terrenos de lo que fuera la Colonia de Olivera existía una situación similar.
En este caso, la justicia –extrañamente- no actuó de oficio.
Pero el 10 de abril el letrado y concejal, David Valerga, presentó un escrito ante la fiscalía federal denunciando que “dos predios del Estado Nacional ubicados en el Partido de Mercedes se encuentran sembrados con soja sin que en principio se conozca autorización de las autoridades nacionales encargadas de la custodia de los bienes inmuebles”.
En el escrito aporta datos sobre ambos predios: el de Agote y el de Olivera. Pero no solo eso: acompaña un video tomado por el propio edil en el cual se puede observar a Effem y el edificio de la ex Colonia de Olivera, como referencia, y la presencia de la soja en ambos terrenos.
En la denuncia Valerga solicita una medida cautelar para que se evite levantar la cosecha, tanto del terreno de Agote como en Olivera. Pero esta denuncia llegó al juez Echave recién el pasado jueves 17 de abril. Para ese entonces, el magistrado había decidido impedir la cosecha de Agote, pero –por razones obvias- ninguna determinación había tomado sobre el destino de la soja de Olivera. Y –a esa altura- tampoco podía tomar ninguna. ¿El motivo? Muy simple: la soja de Olivera no estaba más.
En la semana, y muy rápidamente, se levantó la cosecha. El viernes, aún se podía observar en un camino vecina una tolba y chimango con el último producido de la cosecha.
Extrañamente, no se sabe quién sembró, ni menos aún quién cosechó esas tierras. Si sabe que el accionar de la justicia federal no fue igual en el caso de Agote, que en el de Olivera.
Los vecinos de este predio aseguran que una persona vinculada a una iglesia evangelista había estado ofreciéndolo para sembrar pero –a diferencia del caso de Agote- no contaría con ninguna tenencia precaria. Ahora, quedará la duda sobre el destino de esa explotación. (PUNTO CERO-El Nuevo Cronista).

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