lunes, febrero 01, 2010

JOSE C. PAZ: DE MUERTE, DENUNCIAS Y RENUNCIAS. CUANDO HAY PROBLEMAS, EL APELLIDO DENUCHI EN PRIMERA LINEA.

Luego del fallecimiento de Rodrigo Núñez, el joven empleado de seguridad vial a quien no dejaron salir del trabajo para ver un médico, Roberto Denuchi renunció a su cargo de Director de Tránsito. Maximiliano Ale lo reemplaza. Los jóvenes que trabajan en la Dirección cuentan que eran maltratados, que los obligaban a llevar autos o “los echaban” y los familiares de Rodrigo reclaman justicia.
La muerte de un chico de 20 años, la denuncia pública al jefe que no lo dejó irse del trabajo por sentirse mal, el maltrato y la corrupción ventilada por los empleados, la reunión de los familiares con la intendenta Geiszer para reclamar justicia… la bola de nieve que empezó a rodar hace dos semanas -aunque se viene formando hace años-, provocó la salida de Roberto Denuchi de la Dirección de Tránsito de José C. Paz. Así, con una denuncia judicial en manos de la UFI nº 18 de Malvinas y en la mira de un sinfín de acusaciones de los empleados, el ya ex director de Tránsito se vio obligado a presentar su renuncia.
La historia empezó (o comenzó a terminar) en la mañana del miércoles 20 de enero, en la esquina de Alem y Pueyrredón. Con la futura Universidad de José C. Paz y el centro de estudios a la vista, Rodrigo Hernán Núñez trabajaba bajo el sol, con el uniforme azul que visten los guardias de tránsito como toda protección para los 35° de sensación térmica que azotaban el conurbano. El “zorro” de 20 años se sentía mal: tenía fuertes mareos, frío, dolor de cabeza y fiebre. Por eso, una compañera fue con él a ver a su jefe, Roberto Denuchi, para explicarle que necesitaba ver un médico.
“Insultó a Rodrigo, le dijo que era un pendejo y que no tenía ganas de laburar”, aseguró a MÁS EN LÍNEA José Núñez, hermano del joven fallecido. En el salón comedor de la Dirección de Tránsito, localizada en Gaspar Campos y Juan B. Justo, el empleado se sentó a descansar en un sillón. “Denuchi no le daba permiso para ir a un médico ni para ir a su casa”, cuenta José. “Ahí lo volvió a ver su jefe, que lo empezó a insultar, a amenazar con echarlo. Fue ahí cuando fue a ver al médico laboral, el doctor Merialdo, que como no tenía permiso de Denuchi para ir no lo quiso atender y le dijo que no descuide su puesto de trabajo”.
Rodrigo volvió, bajo el sol, a Alem y Pueyrredón. Cuando su cuerpo no resistió más, se largó a llorar y le pidió a su hermana que lo fuera a buscar. Una ambulancia lo visitó a su hogar, horas después. Tenía más de 40º de fiebre, por lo cual le inyectaron un medicamento para bajarle la temperatura y le recomendaron que volviera al médico al día siguiente.
El jueves, la fiebre seguía igual. Rodrigo fue con su madre al hospital Duhau. A las 10.20, minutos después de que le realizaran varios estudios, comenzó a ponerse morado, tuvo convulsiones causadas por la fiebre y sufrió un paro cardio respiratorio. Su hermano José, su madre, unos cuarenta jóvenes que trabajaban en Tránsito se enteraron, afuera, que Rodrigo había fallecido.

El ventilador
Los jóvenes compañeros de Rodrigo Núñez, empleados de la dirección de Tránsito, los “zorros” que en su mayoría no tienen más de 22 años, se despertaron de un sopapo. Dejaron de temer, aunque fuera por un rato, a las amenazas de despido y los aprietes. Cuando los familiares de José llamaron a Crónica TV, después de que algunos medios comenzaran a hacerse eco de lo sucedido, ellos empezaron a relatar cosas que antes callaban.
“El maltrato que vivió Rodrigo lo vivíamos todos los días”, contó a este portal una ex inspectora de la dirección. “Los jefes nos hablaban para el orto, nos faltaban el respeto permanentemente, nos insultaban en vez de hablarnos bien. Permanentemente nos amenazaban con que nos iban a echar, si nos queríamos tomar días por enfermedad, si no secuestrábamos autos o multábamos determinada cantidad de conductores por mes”.
Su situación laboral no era fija. De hecho, todos son personal contratado, y la posibilidad de despido no compromete a las autoridades municipales. “A mí no me dejaron leer mi contrato”, cuenta otro empleado que también pide resguardar su identidad. “Nos trataban de ‘pendejos’, nos decían que si no llevábamos autos no servíamos para el trabajo… te inducían a hacer cosas que sabías que estaban mal”, dice. “Además, teníamos que ir a todas las marchas y movilizaciones del gobierno y además llevar gente, porque si no también nos decían que no se sabía si íbamos a seguir”, agrega una de las compañeras de Rodrigo.

La hora de los bifes
Poco después de la muerte del joven, su familia fue llamada por la intendenta interina María Luisa Geiszer para reunirse en la municipalidad con ella. Ahí, les pidió que contaran lo sucedido, y afirmó que los responsables no seguirían en el cargo.
El viernes, según contó una fuente oficial, “Roberto Denuchi presentó su renuncia, más allá de que se la hayan pedido o no, y Geiszer se la aceptó de palabra. El lunes se firmaron los decretos oficiales que lo dejaban asentado y que confirmaban como reemplazante a Ale”.
Maximiliano Ale fue nombrado, en lugar de Roberto Denuchi, como nuevo Director de Tránsito. “La verdad, se lo eligió porque hace años que está desempeñándose muy bien ahí y los chicos que trabajan como zorros valoran mucho su forma de laburar”, afirmó otro allegado a la Comuna.
“Mi hermano cuidaba su trabajo, aunque por 850 pesos lo explotaban bajo el sol o la lluvia ocho horas por día. Nosotros queremos seguir hasta el final de todo esto. Yo perdí a mi hermano, no tengo más que perder”, dice José, quien todavía habla de Rodrigo como “mi gordito” o “mi bebé”. Los familiares cuentan que muchos compañeros de trabajo fueron amenazados para que no fueran al velorio de Rodrigo con el uniforme de la Dirección. “Les decían que ‘las van a pagar’, o que ’si Roberto cae caen todos’”, aseguran. Y, al igual que los empleados del área, dicen que esperan que “Beto” Denuchi, hijo de Roberto, tampoco siga en Tránsito. “Era igual que el padre, y nos daría incluso más miedo si él sigue trabajando ahí después de todo esto”, afirman.
En la municipalidad, dicen que más allá de la separación del ex director, no saben cómo quedará conformado el personal. “Lo decidirá en los días próximos, cuando todo esté más calmado, el nuevo encargado”, explican. Y esperan que los jóvenes que expusieron las irregularidades que vivían a diario en los medios las denuncien en el propio municipio. “Ya se pidió la denuncia que hizo la familia, pero necesitamos que los empleados se animen a decir todo para que podamos tomar otro tipo de determinaciones”. (Fuente: Más en Línea).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que se vallan todos de transito de jose c paz

Anónimo dijo...

Señores como puede ser que la calle Artigas entre Magallanes y Humboldt en el Barrio Yei Pora, haya sido USURPADA por una vecina, la Sra. María de los Angeles Jauregui, con el inmueble de la calle HUMBOLDT 3159, impidiendo el paso PUBLICO VEHICULAR, para instalarse en su casa dos canchas de futbol, es una verguenza. Espero que las autoridades municipales tomen cartas en el asunto URGENTEMENTE y procedan a RECUPERAR ESA CALLE PUBLICA. Fdo. Miguel Herrera. Dni 13.211.618