viernes, septiembre 24, 2010

Punta Carrasco, Modena y el Tattersal encabezan la lista de boliches irregulares

Diez días después del trágico derrumbe del boliche de Palermo que provocó la muerte de dos chicas, LPO tuvo acceso a las cifras oficiales que comprometen al organismo de control de la Ciudad y a varios establecimientos nocturnos, que funcionaron durante tres años con “habilitaciones truchas”.

Quienes conocen el circuito de la noche, saben que después de Cromagnon, las normas se endurecieron tanto que fueron muy pocos los boliches que pudieron seguir funcionando. Pero hecha la ley, hecha la trampa. Y allí se abrieron dos opciones.

Los boliches cuyos dueños no quisieran pagar los costos que les exigían las nuevas normas de seguridad podían funcionar como “salones de fiestas privadas” –tal el caso del derrumbado Beara- y encubrir las entradas a través de “listas de invitados” y “pagos de consumiciones”.

Hay un dato alarmante. Desde diciembre de 2007 a la fecha, no varió la cantidad de locales bailables Clase C y, por el contrario, se habilitaron 48 de las 112 casas para fiestas privadas existentes en la ciudad.

Otra opción “trucha” para que los bares pudieran funcionar como boliches se hacía a través de la entrega de autorizaciones excepcionales para que pudiera realizarse la actividad de baile, a través del amparo de una antigua norma -que en principio surgió para posibilitar recitales en estadios de fútbol- y es la Resolución 1010, anticipada meses atrás por LPO.

El ranking de los más irregulares
De acuerdo a los datos que pudo reunir LPO, en el año 2008 se otorgaron 56 permisos de este tipo. Pero en 2009 la cifra aumentó a 207 y lo más escandaloso, es que sólo en el primer semestre de 2010, la cifra de permisos entregados llega a 257.

El ranking de los boliches más beneficiados por esta “excepción” es encabezado por Terrazas del Este (ex Punta Carrasco) que en 90 ocasiones consiguió funcionar bajo la Resolución 1010.

Le sigue Módena, con 78 permisos. Aunque en el último tiempo este bar ya no requirió de la autorización especial porque hizo las modificaciones necesarias para conseguir la habilitación como boliche Clase C, hay quienes dicen que se le otorgó esta habilitación a través de una muy forzada interpretación del Código porque en realidad, funciona en un espacio público calificado como “Urbanización Parque”, donde no debería haber ni un bar, ni un boliche.

Los otros boliches “truchos”, que vinieron funcionando bajo el resguardo de la norma 1010, son el Golf Club (con 67 permisos), el Tattersall (con 60) y el Bar Belushi, de la calle Honduras 5333 (con 53).

La responsabilidad de este cuadro de situación recae en el titular de la Dirección de Habilitaciones, Martín Farrell, un funcionario cercano al ex jefe de Gabinete del Ministerio de Espacio Público, Fabián Rodríguez Simón, y también al apoderado del PRO, José Torello. Y según dicen algunos hombres cercanos al gobierno de Macri, “uno de los pocos intocables de esta gestión”.

No sólo la Agencia, también la Justicia
Entre mayo de 2009 y agosto de este año, la Agencia de Control emitió 790 resoluciones para sancionar a locales nocturnos que cometieron faltas, que incluyen “desvirtuación de rubro” (como sucedió con Beara) hasta exceso de capacidad.

Pero en 327 casos, los dueños acudieron a la Justicia Contravencional, y la sanción quedó en suspenso.

Del total de causas se resolvieron 185, pero en la mayor parte las sanciones no fueron aplicadas porque una de las partes desistió o quedaron “en suspenso”. Finalmente, sólo hubo 38 condenas.
(Fuente: La Política OnLine).

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