miércoles, marzo 14, 2012

Peligro, postes: el cableado subterráneo que nunca se aplicó. Por Alejandro Lafourcade.

Las últimas tormentas que sacudieron el distrito dejaron una vez más al desnudo los peligros que pueden acarrear los postes de madera que sostienen el cableado aéreo, ya sea de alumbrado eléctrico, telefonía, televisión por cable y demás servicios.
Los fuertes vientos suelen dejar un tendal de árboles y postes caídos, pero para estos últimos una ordenanza que tiene más de diez años indica que el cableado en Pilar debería ser subterráneo, aunque la normativa jamás se reglamentó.
Desde tiempos de Sergio Bivort, la Ordenanza 49/01 expresa: “Resulta necesario preservar y valorizar la imagen de nuestras ciudades, por razones de estética urbana y de seguridad pública, y que en este sentido se está abriendo una brecha muy grande entre las urbanizaciones privadas y nuestras ciudades”; así como que “es menester dar anticipadamente solución a este problema, ordenando la existencia y condicionando el crecimiento de estos servicios al tendido subterráneo de cables y fibra óptica”.
Así, el texto se refiere a “sistemas de comunicación, telefonía, televisión por cable, iluminación, energía eléctrica, circuito cerrado de televisión, radiodifusión, antenas comunitarias de comunicación o televisión, y cualquier otro servicio que requiera de la ocupación del suelo, subsuelo y espacio aéreo para su tendido”, afirmando que las empresas prestatarias de los sistemas detallados “podrán desarrollar su actividad, adecuando las instalaciones en forma subterránea a partir de la sanción de la presente Ordenanza”.
A su vez, señala que “las autorizaciones que se emitan posteriormente a la sanción de la presente ordenanza especificadas en el artículo primero sólo será autorizada para el tendido en forma subterránea”. No obstante, esto nunca se cumplió.

Madera no
En cuanto a los postes de luz, la Ordenanza 18/02 señala: “Prohíbase, en todo el Partido del Pilar, el uso de postes de madera como soportes de cualquier tipo de transformador eléctrico”, mientras pide reemplazarlos “en un tiempo no mayor de 120 días (...) por columnas de hormigón”.
Sin embargo, las demoras provocaron la imposición de una multa millonaria, apelada por la firma concesionaria Edenor ante la Justicia. Recién en el año 2008, la empresa llegó a un nuevo acuerdo con la intendencia: renovar los postes de madera –siempre hablando sólo de los que son portadores de transformadores- en un plazo no mayor a 10 años.
Sobre esto, desde Edenor el vocero Alberto Lippi comentó a El Diario que “desde 2009 ya se cambiaron 158 postes de madera por otros de hormigón, es decir, un 42% del total. Se estima que a fin de año se pasará el 50%”, por lo que la renovación total de los postes con transformadores llegará antes de 2018.
Por su parte, el titular de la Defensoría del Pueblo, Orlando Bargaglio, afirmó que “hace unos días hablé con un gerente de Edenor, pero me dijo que el costo de renovar todos los postes es muy elevado, no les dan los números para cambiar todo. Por el momento es difícil”.
Además, el ombudsman recordó que la normativa en la ordenanza 18/02 “sólo habla de los postes que sostienen transformadores, no habla del resto. Para eso habría que sacar otra ordenanza, o bien subordinarse a una normativa nacional o provincial que los obligue a renovar todos los tipos de postes”. No obstante, Bargaglio opinó que “la solución sería el cableado subterráneo”.
En este sentido, desde el año 2004 un proyecto de ordenanza nacido en el seno de la Secretaría de Obras Públicas no consigue llegar al Concejo Deliberante, luego de haber recorrido varias áreas desde su creación. El texto –casi un código por su extensión y nivel de detalle- aborda numerosos aspectos de la contaminación visual, incluyendo la implementación del tendido de cableado subterráneo en el distrito.

Bajo tierra
Precisamente, sobre el sistema de cableado subterráneo, Lippi comentó: “Por supuesto que cuesta mucho más que el aéreo”, indicando que su instalación “en algunas zonas se justifica, por la alta concentración de la población, por ejemplo en la Ciudad de Buenos Aires, donde el cableado es subterráneo”.
Asimismo, en la mayoría de los clubes de campo y barrios cerrados el tendido se hace bajo tierra, aunque en estos casos el costo del trabajo corre por cuenta de desarrolladores o frentistas.
“En esas urbanizaciones tendría que ser aéreo –indicó Lippi-, pero los vecinos eligen pagar más y hacer una obra subterránea, por más que luego la concesionaria se lo reconozca en la tarifa”.

Tragedia
El pasado 26 de febrero, un joven de 21 años murió al chocar su motocicleta contra un poste de luz, caído tras una tormenta sobre la calle Caamaño, que une Panamericana con la ruta 25. (Pilar a Diario).

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