miércoles, agosto 22, 2012

Labios y glúteos con rellenos nacionales

Argentina tiene el único laboratorio en América que elabora todos los insumos.
Los tratamientos médicos estéticos basados en el uso de implantes y rellenos han crecido notablemente gracias a que permiten lograr resultados cada vez mejores con menos invasividad, es decir: sin necesidad de someterse a una cirugía ni de pasar por el quirófano, sino simplemente en una intervención ambulatoria en el consultorio, lo que significa mucho mayor confort y seguridad para el paciente.
Argentina está entre los países de vanguardia en este tipo de intervenciones mínimamente invasivas, tanto por el alto nivel de sus médicos cirujanos plásticos, dermatólogos y esteticistas especializados como por la calidad de los productos que se utilizan.
El país promedia la tabla del Top 25 de la Sociedad Internacional de Cirujanos Plásticos Estéticos (ISAPS, según sus siglas en inglés) en cuanto a procedimientos estéticos –quirúrgicos y no quirúrgicos– realizados por cirujanos plásticos en todo el mundo: casi 200.000 por año, según la estadística de 2011.
Pero la noticia es que en la actualidad se producen en la Argentina todos los insumos para implantes y rellenos, con la máxima calidad pero a un precio que sólo representa el 40% del de los productos importados.
“Utilizo desde hace siete años una línea de implantes de origen nacional, cuyos costos accesibles me resultan beneficiosos a mí como profesional, pero sobre todo benefician a los pacientes”, asegura el destacado cirujano plástico Héctor Gómez (M.Nac.: 73643), en referencia a los productos de la línea Cientific, producidos en el laboratorio nacional Futerman.
“Es un material muy versátil y seguro, exactamente con las mismas prestaciones que los de origen importado, aunque hay razones de marketing que hacen que estos últimos sean mucho más caros”, señala el profesional, que también es docente en la Universidad de Buenos Aires.
Esas mismas razones, según añade, hicieron que tradicionalmente muchos pacientes demandaran insumo de origen importado para sus tratamientos. Sin embargo, el desarrollo de una producción local de alta calidad ha hecho que las cosas empiecen a cambiar en este sentido: “En mi experiencia, hoy confían mucho más en el criterio del médico”.
La tendencia en los países más avanzados indica que los procedimientos médicos no quirúrgicos ganan constantemente terreno sobre los quirúrgicos y más invasivos, y en países como los EE.UU., Japón o Italia, ya los han superado.
Los rellenos con ácido hialurónico, con más de 2 millones de aplicaciones anuales en el mundo, están en el segundo lugar en cuanto a tratamientos estéticos mini invasivos y representan el 22,5% de este tipo de intervenciones. Hoy son un procedimiento mucho más usual que la cirugía de aumento del busto, de la que se realizan un millón y medio de operaciones en el mundo.
Para este tipo de procedimientos “utilizo desde hace algunos años y con muy buenos resultados un ácido hialurónico nacional, un producto con el que las pacientes quedan muy satisfechas –agrega por su parte el doctor Aldo Minnozzi, otro destacado cirujano plástico argentino (M.Nac. 83458)–. Estos productos están disponibles en varias concentraciones y densidades que se adaptan a la corrección que el paciente necesite”.

Menos invasividad y mejor resultado
Los tratamientos mínimamente invasivos han conquistado la preferencia del público en materia de medicina estética.
“Hoy se prefieren los tratamientos basados en prótesis o rellenos, tanto en el rostro como en otras partes del cuerpo, porque se logran excelentes resultados, una apariencia totalmente natural, y permiten retrasar durante mucho tiempo la necesidad de una cirugía”, señala Marcelo Futerman, Gerente General de Futerman International Products.
Este laboratorio con sede en Rosario produce insumos de implantes y rellenos para el tratamiento de arrugas, aumento de pómulos y mentón, aumento de glúteos, estrías, depresiones celulitis, flaccidez y otro tipo de afecciones y consecuencias del envejecimiento de la piel. Su línea Cientific de implantes para relleno de tejidos blandos en tratamientos faciales incluye diferentes materiales, densidades y presentaciones para distintos usos –también para el tratamiento de los glúteos– es conocida por los especialistas desde hace algunos años, y todos sus productos han sido aprobados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
Futerman International Products es hoy el único laboratorio en todo el continente americano que elabora todos los tipos de implantes de uso actual para relleno de tejidos blandos y productos dermoestéticos de alta eficacia y calidad, y cuenta con casi dos décadas de experiencia en el mercado de la estética facial y corporal.

“Más caro” es simplemente más caro
El mayor precio de los insumos de origen importado –sin diferencia alguna de calidad– eleva considerablemente el costo de las intervenciones que ofrecen algunos especialistas, más allá de lo que correspondería a la calidad o a la infraestructura con la que trabajan.
“Además, algunos de los implantes hechos con productos importados, aun siendo de excelente calidad, no duran lo que sus fabricantes dicen que duran”, añade Gómez.
Esto, sumado a las consecuencias de usar productos sin aprobación de las autoridades sanitarias, cuando no expresamente prohibidos, abona el prejuicio que asocia seguridad con costo, y que asegura que “si es más caro, es mejor”.
“Correctamente aplicados por el profesional, los productos argentinos no tienen ninguna diferencia en calidad, en los efectos ni en su durabilidad, respecto de los productos importados”, asegura Futerman, del laboratorio que hoy exporta sus productos a países como Federación Rusa, Ucrania, Moldavia, Bielorrusia, España, y también América Latina, incluyendo Brasil y próximamente los Estados Unidos.
Las exigencias de la ANMAT para obtener la aprobación, recalca, son exactamente las mismas para los productos extranjeros y para los nacionales.

El nuevo rostro
El éxito de los nuevos materiales usados para relleno e implantes faciales –ácido hialurónico e hidroxiapatita de calcio y demás materiales– se debe a su seguridad y eficacia, así como a un mayor conocimiento de lo que es posible hacer con cada uno de ellos –y lo que no– según la piel y las características de la persona en cuyo rostro van a ser usados.
El ácido hialurónico es un polisacárido que naturalmente absorbe agua y otorga elasticidad a la piel. También se utiliza como relleno en forma de gel, el cual a diferencia de las anteriores sustancias, constituye en sí mismo el relleno. Con el tiempo, el ácido hialurónico –similar al que el propio organismo produce en pequeñas cantidades– se degrada y es reabsorbido o eliminado. “Utilizo ácido hialurónico para los pacientes que necesitan mejorar el volumen de alguna zona de su rostro”, señala el Dr. Minnozzi.
La hidroxiapatita de calcio –material que viene creciendo notablemente en el ránking de la ISACS, con más de 180.000 aplicaciones anuales en el mundo– está compuesta por partículas que, al ser inyectadas en la zona a rellenar y ser “envueltas” por el colágeno generado en las células de la dermis, forma una fibrosis que tensa la piel con un efecto duradero y resistente. Es ideal para tratar las arrugas peribucales, una zona con mucho movimiento donde otro tipo de rellenos duran muy poco.
“También para aumento de volúmenes corporales como glúteo o, pantorrillas empleo desde hace tiempo estos productos nacionales, obteniendo una proyección satisfactoria e inmediata y requiriendo mínimos cuidados post aplicación –comenta por su parte el doctor Gómez, que expondrá próximamente ante otros especialistas los resultados de sus años de experiencia con estos productos en un simposio en la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires–. He aplicado todos los productos de esta línea y los resultados fueron notables en todos los casos. Como cada paciente es diferente, es necesario ajustar el plan de tratamiento a su defecto y es por este motivo que en cada parte del rostro empleo el implante más adecuado. Por ejemplo, para las pacientes más jóvenes utilizo el ácido hialurónico en labios; o para los surcos nasogenianos, sobre todo en hombres. Los implantes con hidroxiapatita de calcio se aplican mejor a los pómulos y el mentón”.
“Mediante los diferentes procesos de elaboración que efectuamos en nuestra planta, estos materiales adquieren la densidad necesaria para ser utilizados como relleno”, explica Futerman. Las diferentes densidades ya están prefijadas, según la aplicación que tenga cada producto. Luego son envasados en jeringas con las que el médico realizará la aplicación.
Los procedimientos mínimamente invasivos han llegado para quedarse, cada vez con mejores resultados gracias al progreso de los especialistas y de la tecnología de los productos, y afortunadamente la industria local acompaña esta tendencia. (Asteriscos TV).

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