viernes, septiembre 21, 2012

Michetti no va a la Provincia. Por Laura di Marco.

Les dijo a sus íntimos que su decisión de quedarse en la Ciudad no tiene vuelta atrás. La noticia, seguramente, caerá como una bomba en Pro, que por ahora no maneja un plan B para el territorio bonaerense. Lo que evaluó al momento de resolver.


Esta semana, Gabriela Michetti tomó, finalmente, una decisión de la que difícilmente haya vuelta atrás: se va a quedar a competir en la Ciudad de Buenos Aires, su territorio político de origen. De ese modo, desafiará los pedidos –y las necesidades políticas– de toda la plana mayor de Pro, y sobre todo del propio Mauricio Macri, que necesita, como el aire, el “pase” de su carismática espada femenina al territorio bonaerense. Con el 40 por ciento del padrón electoral, la conquista de la Provincia se vuelve clave para cualquier político que se plantee seriamente suceder a Cristina Kirchner en 2015.

Con pocas figuras marketineras disponibles, y más aún después de la exitosa experiencia con el cómico Miguel del Sel, en Santa Fe, Macri no tiene muchas más chances que ubicar, al frente de la lista de diputados nacionales para 2013 –donde, además, se juega gran parte de 2015– a una candidata popular. Y sobre todo con capacidad para traccionar votos. Y es Michetti quien tiene ese preciado y difícil capital.

“Pero no puedo hacerlo. Y si lo hago, si me paso, no me va a salir. No puedo decir que está todo bien, cuando en el fondo está todo mal. No puedo disociarme en un personaje que no soy yo”, le anunció, informalmente, esta semana a un grupo de incondicionales en la cocina de su casa, del barrio de Balvanera. “Y se lo voy a decir a Mauricio cuanto antes porque no tiene sentido seguir demorando la decisión.”

Macri le había dado un plazo hasta octubre, confiando en que finalmente ella aceptaría el exilio bonaerense; sin embargo, la diputada decidió definirse prematuramente. Sabe que con su decisión condiciona todo el futuro de Pro y, en parte, el de un armado opositor en la Argentina. Y sabe que se le viene una guerra encima. Pero está dispuesta, al parecer, a afrontarla.

Sueña con ser jefa de Gobierno en 2015, un deseo que la pone en competencia directa con su archienemigo, dentro del macrismo, Horacio Rodríguez Larreta, que quiere lo mismo que ella. Mientras tanto, cerca de Macri aseguran que si Gabriela decide competir en el mismo territorio de Larreta, el jefe Pro los mandará a ambos a dirimir sus ambiciones en una interna abierta, en 2013, por la senaduría porteña.

“Y… a lo mejor me gusta la senaduría y no compito para la Jefatura”, trata de calmar los ánimos Gabriela, ante los íntimos, para aminorar los ánimos poco calmos del espacio opositor. 

“Vas a estar en el centro de la escena. Vas a liderar, nada menos, que la madre de todas las batallas. Un lugar envidiable”, la entusiasmó Macri, durante los últimos días, mientras Jaime Durán Barba le exhibía encuestas en las que, según sus cálculos, podría hacer una muy buena elección en la Provincia.

“Y hasta podés ganar o salir segunda muy cerquita del primero”, la envalentonó el gurú ecuatoriano, mientras sondeaba los números de sus posibles competidores. Nombres como Alicia Kirchner o Sergio Massa, otro que está posicionado cabeza a cabeza con Daniel Scioli en las encuestas bonaerenses, y cuyo nivel de conocimiento también es muy alto en la Provincia.

“Si llegás a hacer una buena elección en la Provincia, hasta podría estar en duda la candidatura presidencial de Mauricio, ¿no pensaste en eso?”, le redobló la apuesta, en una charla de pasillo en el Congreso, una diputada de la oposición que coquetea con Pro y con quien Michetti habla seguido.

Es cierto que Michetti tiene un capital político difícil de conseguir, y que es una figura conocida por el 85 por ciento de los argentinos (un nivel de conocimiento público envidiable, que solo logran, a nivel nacional, Cristina, Scioli, Macri y no muchos más), pero también lo es el hecho de que Daniel Scioli se ha constituido en un polo de atracción opositor, desde que confesó sus ambiciones presidenciales.

Para peor, la re-re de Cristina se volvió a empastar, tras el último cacerolazo, lo que vuelve a Scioli, tal vez, más atractivo. Como dice Emilio Monzó, el peronista armador de Pro, que venía remando el pase de Michetti a la Provincia, con el argumento de su popularidad: “Tenemos que observar cómo se resuelve la elección de 2013, en la que va a haber una interna complicada entre la estructura política del PJ, que va a resistir el avance de La Cámpora, La Kolina y sus corrientes asociadas”.

Y agrega: “A Sergio Massa y a Scioli no les veo otra salida que ser abanderados de esa resistencia, con los costos que puede tener”. Olvidó decir que también habrá interna complicada en Pro, si Michetti decide, como ella le asegura a su entorno, quedarse en la Ciudad. Aún está fresco en su recuerdo cuando, en junio pasado, un grupo de violentos, varios de ellos con la cara tapada, frustraron en Avellaneda lo que iba a ser su desembarco en el territorio-madre de todas las batallas. 

Los manifestantes gritaban “no queremos a Michetti en Provincia”. Obstruyeron el paso de los autos, quemaron gomas y se fueron media hora más tarde del Club de Pato, donde iba a ser el acto, luego de discutir y enfrentarse con la policía provincial que, con balas de goma, logró dispersarlos.

“Estamos todos locos –se quejó entonces Michetti–. ¿Me tienen miedo a mí?” Se enteró de la irrupción de los encapuchados cuando estaba cambiándose para salir de su casa de Balvanera. “Es una verdadera pena que en nuestro país no se pueda hacer política en libertad”, le expresó a sus más cercanos. En el entorno de Michetti asociaron el episodio con gente ligada al intendente peronista Jesús Cariglino, que orbita en el armado de Pro, en la Provincia. Un mal augurio el desembarco, interpretó ella, cuatro meses atrás.

La “madre” de todas las batallas es una creación salida del cerebro del kirchnerista Carlos Kunkel, que Macri parece haber tomado prestada. Alude al volumen político de la Provincia y su importancia estratégica a la hora de planear un armando nacional. Para tener una dimensión de su peso, hay que pensar en su distrito de mayor envergadura, La Matanza. Solo La Matanza equivale a los electorados de cinco provincias: La Rioja, Santa Cruz, Tierra del Fuego, La Pampa y Catamarca. En los últimos meses se reavivó la posibilidad de que el kirchnerismo impulse una reforma constitucional, que podría habilitar a la Presidenta a competir por un nuevo mandato. Una movida que, sin embargo, en la última semana quedó en suspenso. En ese escenario, la elección legislativa de 2013 pasó a tener una importancia crucial.

El año próximo se renuevan las bancas de 2009, cuando el oficialismo hizo su peor elección desde que está en el poder. Si logra guarismos parecidos a los de 2011, quedaría muy cerca de los dos tercios de los votos necesarios en el Congreso para modificar la Carta Magna. De lo contrario, las cosas pueden complicarse para Cristina.

“Yo, mientras tanto, y por las dudas, sigo construyendo en la Provincia”, desliza, mientras tanto, Rodrigo Herrera Bravo, un exargüellista, quien construye para Michetti en el territorio bonaerense, aunque la diputada de Pro ya le dijo que no le veía mucho futuro a esa jugada.

“Gabi tendría que negociar su pase a la Provincia muy bien. Lo que implicaría negociar buenos espacios de poder para su gente”, desliza Herrera Bravo. Dentro de Pro, Rodríguez Larreta piensa en esa sintonía. Cree que Michetti se “hace la difícil” para poder negociar su pase bonaerense.

¿Y ella qué dice? “Lo que voy a decidir es aquello que me permita darle lo mejor de mí a la gente y, por tanto, al proyecto político al que pertenezco. Seré fiel a mis valores y haré aquello que realmente me entusiasme y me haga sentir más útil. Esa es la manera con la que mejor colaboraré con mi partido”, afirmó Michetti a Noticias Urbanas.

¿Y qué posibilidades barajará Macri cuando acuse recibo de que Gabi esta vez no hará el pase, como lo hizo en 2009 cuando aceptó dejar la Vicejefatura porteña y recalar en el Congreso, donde su figura finalmente terminó opacada? No hay plan B, dicen cerca de Macri, aunque sí algunos comodines: Jorge Macri, Néstor Grindetti, Guillermo Montenegro y hasta el propio Francisco de Narváez, que está en negociaciones para volver a aliarse con el jefe porteño.

MOMENTO DE DECISIÓN

“Vos estás para un lugar más importante”, le dice la gente en la calle. Y ella toma nota. Es que en 2009, y también por un pedido de Macri (no tenía tampoco figuras competitivas), abandonó el Ejecutivo porteño para ir al Congreso, donde se convirtió en una más. Y su luz se licuó. Pero en aquella oportunidad, la situación se planteaba bien distinta porque Pro carecía de cualquier otro candidato y sin Gabriela perdía una elección que necesitaba como el oxígeno.

Aun así, aquella lista de candidatos a diputados nacionales por Pro, que resultó ganadora en la Capital, obtuvo menos puntos de lo esperado: un 31 por ciento. No fue una victoria tan holgada
como los encuestadores y los principales referentes del macrismo –Michetti incluida– habían calculado: estimaban alcanzar el 35 por ciento de los votos y una diferencia mínima de diez puntos respecto de la lista que ocupara el segundo puesto.

Pero la victoria de Michetti no fue la novedad de aquella elección sino la consolidación de Solanas, lo que revela lo sorpresiva y poco segura que puede ser Buenos Aires, sobre todo cuando se es oficialismo y la gente, en una legislativa, se juega en la urna a un voto más audaz.

El porcentaje de adhesiones en aquella elección de 2009 resultó inferior al casi 34 por ciento que Macri y Marcos Peña habían alcanzado en 2005, cuando compitieron en las elecciones legislativas de aquel comicio, mucho antes de que el exempresario de Boca Juniors ganara la primera vuelta a jefe de Gobierno con el 46 por ciento de los votos en junio de 2007, guarismo que creció hasta el 61 por ciento en el balotaje.

“Tampoco ganar la Provincia garantiza mucho –deduce un dirigente de Pro, enrolado en el michettismo–. En 2009, Solá, Macri y De Narváez le ganaron a Kirchner. Hoy parece mentira, ya casi nadie se acuerda. ¿Y qué pasó? Los votos se licuaron casi a fin de año. No pasó nada. ¿Acaso, si Gabi gana el año que viene, alguien se va a acordar de eso en 2015? La realidad es que no se puede tener a tres personas conocidas, que las vas moviendo de un lugar a otro, para hacer crecer un partido.”

Pro no parece muy diferente al kirchnerismo en ese punto. Cuando el kirchnerismo plantea la re-re, también argumenta no tiene otra candidata más que Cristina para continuar con el proyecto. Una justificación parecida a la que dan en Pro cuando argumentan que solo tienen tres espadas mediáticas para dar la batalla. “Pero, ¿y si la interna por la senaduría la gana Rodríguez Larreta, que va a pasar?”, le preguntaron a Michetti, en la reunión informal en su casa de Pasco. Y ella dijo: “Bueno, si la gana, no tendré un lugar en la política argentina. Me iré a mi casa. Aunque creo que la voy a ganar yo". (Noticias Urbanas).

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