viernes, octubre 26, 2012

EL 7-D, LOS MEDIOS Y LA OPINION PUBLICA. Por Carlos Fara.

Sobre el 7-D se fantasea con tipo de escenarios, desde los muy pesimistas hasta los muy optimistas en ambos frentes de batalla. Los temores y las esperanzas desenfrenadas le vienen ganando la pulseada a los análisis rigurosos. En este artículo vamos a intentar echar un poco de luz sobre algunos preconceptos para comprender mejor el evento, si es que algo finalmente sucede.

Nadie sabe a ciencia cierta lo que sucederá por varias razones:

· Por el proceso judicial, ya que –aún con ley de per saltum aprobada de manera express en el Congreso- nadie sabe dónde terminará la cuestión.

· Porque el Congreso aún está elaborando sus acciones.

· También porque la clave es el 10-D, el lunes siguiente al viernes 7 (cuando se termina el período de presentación del programa de desinversión, Gobierno dixit).

Sin duda el cristinismo hará una serie de actos para festejar que se termina el “cepo democrático” (Boudou dixit), convirtiendo la fecha en una gran epopeya, justo el día internacional de los derechos humanos. El gobierno deberá decidir cuál es la foto que prefiere que gane la tapa de los diarios al día siguiente, más allá de los títulos: si una simple intimación a presentarse; si una intervención en el grupo con Gendarmería incluida; si algunas de esas variantes acompañadas de movilizaciones a los medios que debería desinvertir Clarín, etcétera.

Los temores que algunos agitan es respecto a que se produzca un “apagón informativo”, convirtiendo a los medios de comunicación audiovisuales en un “gran 6,7,8”. Veamos:

· La ley es sobre medios audiovisuales, por lo tanto nada afectará a Clarín, ni a sus diarios en el interior.

· Tampoco afectará a sus sitios web.

¿Cuál es la peor hipótesis para el mundo anti-K? Dado que Clarín no presentó –ni presentará- su plan de desinversión, que la AFSCA intervenga al grupo haciéndolo desinvertir a la fuerza, quitándole licencias y otorgándolas a otros jugadores. Mientras tanto, ¿qué sucedería los días que dure la intervención con la línea periodística de esos medios? ¿Cuánto tiempo durará la intervención? ¿Y si dura hasta las elecciones de 2013? ¿Habrá “libertad de expresión”? ¿O tendremos un “gran hermano”? ¿Desaparecerá la oposición? Nadie puede responder hoy a esos interrogantes.

Dese por supuesta la peor hipótesis: los medios audiovisuales más vistos/escuchados hasta el momento responden a las directivas informativas del oficialismo. ¿Esto nunca sucedió en la Argentina? Sí, ya sucedió. Recordemos esto: Perón 55, Isabel ’76, la dictadura ’82 y Alfonsín ´87 tenían un control ampliamente mayoritario sobre la esfera de los medios de comunicación. Ninguno pudo evitar caer políticamente cuando la dinámica de la opinión mayoritaria de la sociedad así lo determinó. Con dos agravantes: 1) en todas esas situaciones la opinión pública no era tan omnipresente y activa como lo es en la actualidad, y 2) no existía internet… (que no voltea gobiernos, pero parece que en ciertas circunstancias es un catalizador de estados de ánimo como lo atestigua la primavera árabe y el 13-S).

La opinión pública no se forma sólo por lo que se percibe en los medios, sino que además en los temas que más le incumben contrasta todo el tiempo con su experiencia cotidiana. Si los precios no aumentasen, la inflación no se hubiese ubicado como el segundo tema en el ranking de preocupaciones. La sola publicación de pronósticos económicos agoreros no modifica por sí misma la percepción de los votantes. Por otro lado, hay que observar cómo computará la sociedad lo que suceda el 10-D y los días siguientes: una cosa es la orientación a informarse sin percepción de peligro, y otra es con las señales informativas del grupo “intervenidas”. ¿Todo seguirá como si nada ocurriese? Hay quienes dicen: “la gente se preocupará al principio, pero luego se acostumbrará y entonces el Gobierno habrá ganado su partida”. Es posible. ¿Se acabarán la oposición y el pesimismo mayoritario? Poco probable. Es imposible controlar la maraña informativa actual de radios FM, webs, blogs, portales y redes sociales.

Cristina logró el 54% de los votos con Clarín en contra. Con las tapas de Clarín a favor o neutras (ver Publicación Agenda producida por Diarios sobre Diarios, 2007) obtuvo el 46% en 2007. Parece que no hay correlación entre la actitud de Clarín y el rendimiento electoral de los gobiernos.

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