lunes, octubre 28, 2013

Macri rompió con Massa: “En mi gobierno no habrá ningún ex ministro nacional”

El jefe de gobierno porteño lanzó su candidatura a presidente desde el búnker del PRO en Costa Salguero y blanqueó la ruptura con el líder del Frente Renovador con el objetivo de mostrarse como la alternativa real al kirchnerismo para 2015.

Mauricio Macri aprovechó el triunfo del PRO en Capital en las elecciones legislativas para lanzar su candidatura presidencial de 2015 y romper definitivamente con el gran vencedor de la jornada, Sergio Massa.

“En mi gobierno no habrá ningún ex ministro”, dijo el jefe de gobierno porteño desde el búnker del PRO montado en el complejo de Costa Salguero, en referencia directa al ex jefe de gabinete de Cristina Kirchner.

Allí, el PRO armó un colorido show con coreografías y cotillón en el que se destacaron las remeras amarillas con la sigla “Macri 2015”, para que no quedaran dudas de la estrategia que tenía preparada el macrismo para esta jornada.

El acuerdo que tejieron Macri y Massa para las primarias, que le valió al PRO tres lugares en la lista del Frente Renovador, se desvaneció aún antes del recambio legislativo de diciembre. 

Los cruces entre el massismo y el PRO no tardaron en reproducirse en las semanas posteriores a las primarias, cuando Macri advirtió que Massa podía quedarse con su partido no sólo en la provincia de Buenos Aires sino que le podía birlar dirigentes de la primera plana de su gobierno.

Por esta razón, Macri se esforzó por aclarar que el acuerdo con Massa era sólo electoral y que su partido tenía que entenderse como una “tercera posición” entre el peronismo y el radicalismo.

Además envió a su principal candidata, Gabriela Michetti, a que recorriera los medios para advertir que no habría una interna con Massa por la presidencia.

Esta noche Macri se aferró a un nuevo triunfo en la Ciudad, el distrito donde el PRO gana elecciones desde hace una década, y resaltó la performance de su partido en algunas provincias que le dejarán una veintena de diputados nacionales y, por primera vez, un puñado de senadores.

Con esas cucardas intentará que la clase política no olvide que su victoria lo posiciona como uno de los tres o cuatro dirigentes con proyección nacional para suceder al kirchnerismo sin haber formado parte de él. (La Política OnLine).

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