jueves, febrero 19, 2015

Un proyecto escolar salva de la contaminación al arroyo Pinazo

La comunidad educativa de la Escuela Normal Nº 38 de Del Viso, recupera el curso de agua Pinazo, en Pilar, al que las familias concurrían a pasear, bañarse y pescar. Trabajarán este año como agentes multiplicadores del cuidado ambiental que requiere el arroyo Pinazo que rodea al establecimiento. Como parte del proyecto, realizarán una salida educativa a la reserva ecológica de Pilar para ver el estado, también de contaminación y abandono, del río Luján.
Abuelos y padres recuerdan que hace varios años concurrían allí las familias a pasear, bañarse e incluso pescar. Pero el lugar para recrearse con la naturaleza se convirtió con el tiempo en un foco de contaminación, con peces muertos, y su desborde por lluvias provocó hasta la inundación de viviendas de alumnos. Preocupada, la comunidad educativa presentó el proyecto “Riberas Educativas en las Escuelas” para concientizar y alertar sobre el nivel de polución ambiental que degrada este curso de agua.
La iniciativa le valió un premio de 200 mil pesos para su aplicación, otorgados por una Fundación “a las primeras prácticas de educación ambiental en la escuela primaria”, al obtener el primer puesto entre 120 proyectos de todo el país. Fue presentado en forma conjunta con el Centro de Estudios Ribera Buenos Aires, cuyo objetivo es el incremento de la calidad de vida de las poblaciones vinculadas a cursos de agua. La autora principal es Gisela Hidde, especialista en Educación en Ambiente para el Desarrollo y licenciada en Planificación y Diseño de Paisaje, a cargo del área educativa y pedagógica del Centro.
Una parte importante del dinero recibido para poner en marcha actividades sobre el cuidado del medio ambiente en las cuencas de los ríos, se destinará a capacitación de los docentes y otra a insumos.
Este año comenzarán a trabajar con 100 alumnos del establecimiento como agentes multiplicadores, hasta sumar, a lo largo de tres años, a los 600 chicos que asisten a la institución. En 2015 intervendrá 6º grado; en 2016 el 2º ciclo y en 2017 se incorporarán 1º y 2º ciclo completos.
El proyecto apunta a concientizar sobre el estado de abandono de ríos y arroyos que rodean a la comunidad. “Los cambios no se harán de un día para el otro ni porque una fábrica decida limpiar los desechos, nuestro planeta precisa nuestro propio cuidado. En base a eso, la propuesta es trabajar con los alumnos en diferentes talleres”, explica Villma Passer, directora del establecimiento.
“Queremos iniciar una movida cultural, registrar qué pasó en estos años, por qué dejamos que esto pase y producir un documental con los alumnos de los cuatro talleres para socializar con las otras escuelas de la comunidad, de Pilar y de la Provincia, cómo podemos cambiar nosotros mismos nuestro propio paisaje”.
El proyecto contempla varios encuentros. Primero, los chicos trabajan con encuestas; en el segundo, junto con los capacitadores confeccionan una maqueta con lo que les narraron los abuelos sobre la localidad y con el presente que los alumnos ven. Luego, en esa misma maqueta se hace un proyecto de animación de un personaje en plastilina. Con él se trabajará en grupos de 4 o 5 chicos que harán su propio documental tomando la parte que más le impactó, la biodiversidad perdida, la contaminación del agua, etcétera. Con ese material harán el documental que se presentará para tomar conciencia del daño que se provoca al entorno natural que nos rodea.
Como parte del proyecto, realizarán una salida educativa a la reserva ecológica de Pilar para ver el estado, también de contaminación y abandono, del río Luján. Al año siguiente tomarían el mismo tópico del río o cambiarán al de contaminación ambiental, con eje en contaminación de la tierra o del aire.
“En Del Viso, hay varias zonas sin agua corriente ni cloacas, por eso la contaminación del agua nos afecta absolutamente, porque consumimos el agua de nuestras propias bombas, de aguas sumergidas. Este proyecto es el resultado de muchos años en que los chicos vienen trabajando el medio ambiente con diferentes propuestas, hemos hecho murales con tapitas de gaseosas, ecoladrillos y este es un pasito más”, destaca Passer, quien señala a la vez que “se trata de un proyecto superador para cambiar un problema de la comunidad luego de 107 años de vida de la escuela”.

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